domingo, 13 de octubre de 2013

El bambú japones

Como dicen los agricultores una buena cosecha requiere de una buena semilla, buen abono y un riego apropiado.
Normalmente al plantar la semilla, el agricultor no se queda frente a la semilla sembrada, esperando su crecimiento, porque sabe perfectamente que todo necesita su tiempo.

Cultivar bambú japonés no es apto para impacientes. Su proceso es distinto al de otros. El bambú japonés, es una de las plantas más lentas en crecer en todo el mundo.
Durante los primeros siete años, es muy poco lo que se puede apreciar de su crecimiento, quizás un cultivador inexperto, no tendría la suficiente paciencia y abandonaría el proyecto.
Sin embargo, al llegar al séptimo año, en sólo seis semanas la planta de bambú crece más de treinta metros. 
¿Qué ocurrió? ¿Por qué no crecía durante los primeros siete años? No es que no creciera, sino que durante los primeros siete años de aparente inactividad, el bambú estaba generando un complejo sistema de raíces, que le permitiera sostenerse cuando empezara el crecimiento.
Ahora es tu turno.  En la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados. A veces los resultados que esperamos  no se `` ven´´ a simple vista. Sin embargo, si nuestro interior está creciendo, estamos avanzando. No abandonemos, nuestras raíces están creciendo, a veces los resultados ``visibles´´ tardan en llegar. 
La voluntad, el no rendirse, el intentarlo una vez más, son los pasos hacia el éxito. Una persona con raíces solidas tiene muchas probabilidades de llega a buen puerto.
Respetemos los ciclos de maduración, al igual que el bambú japonés. Sí estamos creciendo en nuestro interior, también estamos generando un resultado muy valioso. Gracias a ese crecimiento conseguiremos obtener los resultados futuros. No podemos hacer, sin antes ser. Todo tiene su ciclo de maduración y no podemos saltarnos los pasos: ser, hacer y tener. 

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