A veces nuestra mente busca excusas para hacernos sentir
bien, para mantener la autoestima saludable. Y es entonces cuando nos
planteamos el renunciar a metas, nuestra mente nos engaña, nos hace dudar si
realmente lo deseamos o no, si realmente es lo que queremos.
Antes
de renunciar a un sueño, pregúntate, ¿Y si funcionase tal y como tenía previsto?
¿Lo abandonarías? No te desanimes, no solo lo que importa es el resultado. Cada
paso cuenta, solo hace falta el último empujón.
Un día hoy hablar de los positivistas pragmáticos, son
aquellas personas positivas que acompañan sus pensamientos con acción. Ellos
dicen que hay que fracasar 10 veces, antes de encontrar la respuesta correcta.
La décima estrategia es la que nos
llevará a conseguir el éxito, la que nos llevará hacia el camino que queremos.
Por lo que si estas fracasando es porque te estas moviendo hacia el camino,
estas aprendiendo moverte en ese clima, ya estas más cerca de encontrar esa
décima estrategia, que te llevará al resultado que deseas. Los positivistas pragmáticos
no imaginan, ponen sus ideas marcha. No solo basta con tener pensamientos
positivos, sí tu acción no lo es, necesitamos acción comprometida.
No
renuncies hasta conseguirlo. Rediséñate, busca otra estrategia, otra manera de
hacer las cosas, otra actitud, tienes 10 oportunidades de encontrar la opción que
te funciona. La constancia, la visión de futuro, la motivación y sobre todo la acción
que tomes, determinará los pasos y los intentos que uses. Puedes pararte solo
para reflexionar, analizar, y mirar lo que no está funcionando, rediséñate y ve
a por la estrategia que te llevará a tu visión.
A veces nos comparamos con el camino de otro y la posición o
el tiempo en que tarda en llegar. Sin embargo, aunque tengamos el mismo objetivo,
cada camino es diferente. Como decía Antonio Machado, `` caminante no hay
camino, el camino se hace al andar´´. El camino es lo que aprendemos y vivimos en el trayecto, todo cuenta. Hay
personas que van en línea recta y otros que van en forma de espiral, ninguno es
mejor ni peor, es el que construye las
experiencias de esa persona. Normalmente la sociedad valora de manera más positiva
a las personas que van con un camino firme, en línea recta. Sin embargo, el
camino de espiral no es menos, aunque no sea recto, es un camino con subidas y
bajadas en el que cada movimiento se aprende algo nuevo. Cada dificultad o
fracaso hace más fuerte el trayecto y a la persona que lo dirige. Cada obstáculo
es una suma y sigue. Además en todos los campos en lo que hayamos estados,
aunque sean campos de diferentes caminos, son una suma de nuestro destino, cada
campo te da una lección, una sabiduría que hace que podamos formar una finca de
campos, un camino muy completo. Y en la dirección en la que elegimos nuestro
camino, este formado a su vez con la sabiduría de la suma de esos campos que hemos
nutridos en nuestro trayecto, haciendo el camino más sabio, enriquecido y versátil.
Con diferentes perspectivas y eso es una gran virtud. Nos da mayor capacidad de
creatividad y de rediseño. Porque todo
cuenta.
Sí el camino de
espiral lo estiramos como si fuese un muelle, ese camino puede ser más alto que
el recto. Nunca te rindas busca la manera que mejor te funcione a ti. Por
muchas adversidades a las que nos enfrentemos, jamás extraviemos el rumbo.
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