martes, 8 de octubre de 2013

Por muchas adversidades a las que nos enfrentemos, jamás extraviemos el rumbo.

A veces nuestra mente busca excusas para hacernos sentir bien, para mantener la autoestima saludable. Y es entonces cuando nos planteamos el renunciar a metas, nuestra mente nos engaña, nos hace dudar si realmente lo deseamos o no, si realmente es lo que queremos.                                                                       
Antes de renunciar a un sueño, pregúntate, ¿Y si funcionase tal y como tenía previsto? ¿Lo abandonarías? No te desanimes, no solo lo que importa es el resultado. Cada paso cuenta, solo hace falta el último empujón.

Un día hoy hablar de los positivistas pragmáticos, son aquellas personas positivas que acompañan sus pensamientos con acción. Ellos dicen que hay que fracasar 10 veces, antes de encontrar la respuesta correcta. La décima  estrategia es la que nos llevará a conseguir el éxito, la que nos llevará hacia el camino que queremos. Por lo que si estas fracasando es porque te estas moviendo hacia el camino, estas aprendiendo moverte en ese clima, ya estas más cerca de encontrar esa décima estrategia, que te llevará al resultado que deseas. Los positivistas pragmáticos no imaginan, ponen sus ideas marcha. No solo basta con tener pensamientos positivos, sí tu acción no lo es, necesitamos acción comprometida. 
No renuncies hasta conseguirlo. Rediséñate, busca otra estrategia, otra manera de hacer las cosas, otra actitud, tienes 10 oportunidades de encontrar la opción que te funciona. La constancia, la visión de futuro, la motivación y sobre todo la acción que tomes, determinará los pasos y los intentos que uses. Puedes pararte solo para reflexionar, analizar, y mirar lo que no está funcionando, rediséñate y ve a por la estrategia que te llevará a tu visión.

A veces nos comparamos con el camino de otro y la posición o el tiempo en que tarda en llegar.  Sin embargo, aunque tengamos el mismo objetivo, cada camino es diferente. Como decía Antonio Machado, `` caminante no hay camino, el camino se hace al andar´´. El camino es lo que aprendemos  y vivimos en el trayecto, todo cuenta. Hay personas que van en línea recta y otros que van en forma de espiral, ninguno es mejor ni peor,  es el que construye las experiencias de esa persona. Normalmente la sociedad valora de manera más positiva a las personas que van con un camino firme, en línea recta. Sin embargo, el camino de espiral no es menos, aunque no sea recto, es un camino con subidas y bajadas en el que cada movimiento se aprende algo nuevo. Cada dificultad o fracaso hace más fuerte el trayecto y a la persona que lo dirige. Cada obstáculo es una suma y sigue. Además en todos los campos en lo que hayamos estados, aunque sean campos de diferentes caminos, son una suma de nuestro destino, cada campo te da una lección, una sabiduría que hace que podamos formar una finca de campos, un camino muy completo. Y en la dirección en la que elegimos nuestro camino, este formado a su vez con la sabiduría de la suma de esos campos que hemos nutridos en nuestro trayecto, haciendo el camino más sabio, enriquecido y versátil. Con diferentes perspectivas y eso es una gran virtud. Nos da mayor capacidad de  creatividad y de rediseño. Porque todo cuenta.
 Sí el camino de espiral lo estiramos como si fuese un muelle, ese camino puede ser más alto que el recto. Nunca te rindas busca la manera que mejor te funcione a ti. Por muchas adversidades a las que nos enfrentemos, jamás extraviemos el rumbo.

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