La dosis de control.

La buena dosis de control es aquella que te dirige a ser quien quieres ser y disfrutar de lo que tienes.

Tener control interno nos permite ser eficaces para conseguir aquello que quieres conseguir, para ser el capitán de tu alma y tu destino.

A veces parece que el control nos hace libre porque gobernamos las situaciones que nos rodean, sin embargo el exceso de control es lo que nos impide ser libres, siendo prisioneros de nuestro propio control.

Tomar más dosis de las necesarias hace que te frene en disfrutar, que te impida ser libre, que te obstaculice a abrir cada regalo que te ofrece la vida día a día. Te lleva a la monotonía, porque sabes el que vendrá después, te lleva a que seas esclavo de tu propio control.

Sin embargo tomar menos dosis de las necesarias hace que seas prisioneros de las emociones, de los deseos momentáneos, de las circunstancias que te rodean. Siendo doblegados por ellos en vez de ellos por ti. Hace que las limitaciones y las dificultades del día a día sean indomables  y te impidan esquivar lo que no que no te deja avanzar y dirigirte hacia el camino que la situación requiera, en lugar del  destino de la visión que quieres para ti. Siendo de tu vida una veleta que va hacia donde sople el viento.

Tener la dosis de control en su justa medida es fluir con lo que la vida te da a cada paso que das, es gozar con lo que tienes en ella, es tener el poder de elegir lo que quieres para tu vida, es tener la capacidad de seleccionar con sabiduría, con conocimiento de causa, de optar por el camino que nos aproxime a nuestra visión y saber renunciar a lo que no. Ese es el poder que merece el control en nuestras vidas, para llevarnos  a donde queramos y ser capaces de disfrutar con lo que tenemos.

Equilibrio es que el control no sea quien te domine, ni las circunstancias, ni pasiones momentáneas. Equilibrio es tener la fuerza, el coraje de luchar con las situaciones y anhelos  del día a día, llevando tus objetivos y visión de vida en cada paso que des, dándolo con firmeza y tener la virtud de disfrutar de cada paso y reinventarte en cada pisada que des para hacer de ese momento el mejor. Equilibrio es llegar al destino que tienes como objetivo y tener las maneras de ser que tienes que tener en ese camino para disfrutarlo, no todo es llegar a ese destino, sino como llegaste a el, que aprendiste, que te llevaste y que disfrutaste en el. No consiste en andar por andar, sino disfrutar con cada pisada que des.

Con la cantidad exacta de control nuestra vida será satisfactoria y en armonía.  Con la armonía de ser un visionario y las maneras de ser de un vividor.
Usa el control para llevar el mando de tu barco y hacer lo que te haga crecer, sabiendo decir no a las pasiones efímeras y disfrutando de los momentos de superación.

La vida es como un sufista en una ola , hay que saber domarla para tener  la estabilidad y disfrutar de ella, saboreando la libertad que nos proporciona el estar encima de la tabla corriendo el riesgo de caernos, pero con la pasión de seguir encima.