La vida nos presenta situaciones para aprender, a veces nos
muestra comportamientos que no nos gustan de otras personas y ante situaciones así
tenemos dos opciones:
1)
Convertirse en una persona opuesta a lo que eres
para que no te vuelvan a hacer daño, creando corazas de personalidad y al final
estas creando un parecido a eso que te hirió.
2)
Aprender
a no ser como quien te hirió, hacer justo lo contrario a eso que no te gusta,
convertirte en mejor persona, pensar que
todo el mundo no va ser igual, nadie tiene porque pagar los platos rotos de
nadie, confiar y creer que existe un mundo mejor. Este tipo de persona son las que me gustan.
No podemos dejarnos llevar por el miedo de que alguien nos vuelva
a hacer daño. Solo hay que abrir los ojos con más fuerzas y mirar con lupa,
pero ser uno mismo, sin dejar que los daños se lleven las ilusiones de nuestro
niño interior, que esto nos sirva para ser mejor persona, no para convertirnos en peor. Escribo esto porque veo que el mundo de hoy
día está lleno de gente herida dando bandazos, a la defensiva, comprando cosas
que no le sirven para ser quien no son, aparentar, buscando la admiración para
no ser dañados. Utilizando personas sin profundizar relaciones para evitar
posibles daños, pero el mayor daño es privarse de las cosas sencillas, bonitas
y naturales de la vida.
También hay otras muchas personas que se curan solas, sin
necesidad de utilizar a nadie para sentirse poderoso, aprendiendo, creciendo en
el desorden y volviendo a creer en un mundo mejor.
El mundo es para los valientes, los cobardes son los que
atacan por si le atacan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario